Sunday, February 18, 2007



¿LA VENGANZA DE LOS CABALLOS?


O


¿DE LOS GITANOS?

Cuenta una leyenda que en un pueblo español, en tiempos de postguerra el alcalde con los de la benemérita al frente echaron a unos gitanos que vivían en las cercanías, pero les exigieron dejar allí a los caballos que llevaban. Éstos, en busca del alimento que nadie les proporcionaba, avivaron los rescoldos y provocaron un incendio. Esta historia está basada en esa leyenda:

LA VENGANZA DE LOS CABALLOS


ALENA COLLAR

Cruzaban la luz cortándola en hilos de sombra, rasgados y cada vez más amplios. Abiertos, como si los huecos se hubieran llenado de un magma extraño y tenaz, que llenara todo el espacio.

Olía el aire a polvo y hollín, a quemadura. Mientras los caballos seguían corriendo sin freno, sin reposo, más lejos, más allá. Y se teñía la tarde de mates y humo, levantándose por entre las colinas las llamaradas sin descanso, sin cortapisas, desamparadas de tenazas para su victoria.

Los gitanos se habían ido del pequeño campamento a las afueras hacía ya días. Pero los caballos, abandonados y muertos de hambre, permanecieron allí, silenciosos y solitarios, como una imagen de otros tiempos, como una reliquia.
Hasta que hozando entre los basurales y los restos de la quema de rastrojos, encontraron comida, y saciaron el apetito, pero a la vez avivaron los rescoldos y el fuego creció hasta abarcar la última llamarada de aquel sol finalizando el verano.
Entonces huyeron, al galope, entre los senderejales de las viñas, campo atraviesa, entre las pomas de manzanos creciendo, entre los cultivos cuadriculados y los trigos medio secos de aquel septiembre agostado por el calor.
Se fueron sin los gitanos, pero en su busca, como si se vengaran del olvido, como si el fuego hiciera menos absurda la blasfemia de haber sido expulsados por aquel bando del alcalde declarándolos "gente de mala ley" y obligándolos a dejar en la aldea como pago a los caballos.

Alena. Collar.